Cuando una persona toma la decisión de incluir a un miembro más en su familia, por ejemplo un perro, hay ciertas cosas que debería conocer con antelación. En esencial necesitamos saber que la historia de la dominancia que nos contaron desde pequeños es un mito; que los perros (y cualquier otro animal) se comunican con nosotros y entre ellos, aunque a veces tengamos y tengan que aprender el lenguaje, al igual que hacemos los humanos con un idioma nuevo; y que el estrés y el miedo mal gestionados suponen la base de comportamientos agresivos o no deseados, causados en múltiples ocasiones por correcciones y castigos que no llevan a ninguna parte.
Tal y como he mencionado, aprender el lenguaje de los perros es básico para comprenderlos y tener un vínculo más sano con ellos. Los perros hacen numerosas señales cuando tienen miedo o no están del todo a gusto y es nuestro deber como sus compañeros de vida conocerlas para que su vida sea mejor.
Por ejemplo, los perros negros como Frida se lamen a menudo el hocico. Este acto suele significar malestar, aunque la gente crea que es por hambre. Si nos fijamos en dos perros acercándose, lo más posible es que lo hagan haciendo un círculo y no en línea recta, puesto que ello sería de mala educación y llevaría a encontronazos.
Este libro es una maravilla en cuanto a conocimiento de nuestros amigos los canes y su capacidad intelectual, así como la relación que establecen con los seres humanos. A través de numerosos estudios científicos, los autores bordan la naturaleza de los perros y dejan claro que la teoría de la dominancia de los lobos ha pasado de moda, no es real a día de hoy en que la relación establecida entre humanos y perros fue y es de colaboración, y no de sumisión.
Existe un gran problema con los animales y, en particular, con los animales domésticos. Nosotros como humanos nos creemos el centro del planeta y en muchas ocasiones nos deshacemos de aquello que no nos gusta o que es un estorbo en nuestras vidas sin poner todos nuestros recursos en mejorar la situación. La desgracia es que, cuando se trata de otro ser vivo que siente (a pesar de lo que piense mucha gente), abandonarlos no es nunca la solución.
Santi, de Más que Guau, dispone a sus espaldas de más de 20 años como educador, no sólo de perros, también de personas. En este pequeño libro da unas pinceladas de lo que una persona debería saber sobre la adopción de un perro, cómo suelen vivir en las perreras o refugios y los miedos o “taras” que traen consigo.
¿Cuántas veces hemos escuchado que un perro es agresivo? Lo primero a aclarar es que no existen perros agresivos, sino comportamientos agresivos. Santi vuelve a escribir una pequeña guía de ayuda para aquellas personas que sienten que su relación con su mascota se les va de las manos. Es curioso como un dolor crónico puede ser la causa de estos comportamientos o como, con mucha observación, podemos llegar a mejorar enormemente la situación.
Con un emocionante prólogo de Dani Rovira, Santi y su compañera Eli realizan un análisis de los juegos o actividades que podemos hacer con nuestros perros. Estamos obsesionados en casar a nuestras mascotas hasta el infinito para que, cuando lleguen a casa, estén tranquilos. Sin embargo, hacerles correr detrás de una bicicleta o tirarles la pelota doscientas mil veces no les proporciona ningún beneficio más que lesiones. Como dicen los autores, deberíamos cambiar la palabra ejercicio por actividad y comenzar a darles calidad de vida de la mejor manera posible: ¡JUGANDO!
Hay innumerables libros acerca de la educación canina y cómo mejorar la relación con nuestros compañeros de vida. En mi experiencia he aprendido que las correcciones y castigos así como los tirones de correas no sirven más que para poner un velo sobre los problemas de conducta. La paciencia, constancia y observación son claves y entender que cada persona es un mundo, cada situación un universo y cada perro es una estrella diferente alrededor de la cual comenzará a girar nuestro mundo.
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